Terapia Neural como forma de Medicina Alternativa y Movimiento Auténtico como forma de Danza Movimiento Terapia: Una visión integradora de la salud.


Pese a la vasta obra existente sobre la función de las influencias psicológicas en el desarrollo de la enfermedad, se han realizado muy pocas investigaciones para explorar los métodos que podrían intervenir en estas influencias.


La clave de cualquier tentativa de este tipo está en la idea de que las actitudes y los procesos mentales cumplen una función primordial no sólo en el origen de la enfermedad, sino también en la curación. La naturaleza psicosomática de la enfermedad implica la posibilidad de la autocuración psicosomática.


Nuestra participación en el desarrollo de una enfermedad significa que nosotros mismos decidimos exponernos a unas situaciones de estrés, y además reaccionar de cierta manera ante el estrés. Nuestras preferencias en muchas ocasiones se realizan de manera inconsciente y dependen de nuestra personalidad, de varias limitaciones externas y de los condicionamientos sociales y culturales.


El objeto de reconocer nuestra participación en el origen de nuestra enfermedad no es hacernos sentir culpables al respecto, sino adoptar los cambios necesarios, y el tomar conciencia de que también podemos participar en el proceso de curación.


En este proceso tanto la Terapia Neural, como el Movimiento Auténtico ofrecen herramientas basadas en el dialogo entre las distintas partes implicadas, tanto en la relación con el entorno como en la relación con uno mismo, para confrontar e integrar los aspectos inconscientes del cuerpo y la psique, que condicionan los estados de salud y enfermedad.


Esto implica que en vez de suprimir los síntomas de la enfermedad, las nuevas terapias emergentes se basan en fundamentos de la medicina homeopática, según la cual los síntomas son levemente activados o intensificados con objeto de experimentarlos plenamente, de integrarlos de manera consciente y finalmente resolverlos, siguiendo el principio de que lo semejante cura lo semejante. Transformando los síntomas en experiencias vivenciables desde un lugar más consciente. Y como consecuencia con la posibilidad de transformarlos en aquello que nos hace sentirnos mas completos, desarrollando una mayor capacidad de contener lo “enfermo” y desconocido que tambien forma parte de nosotros.


Uno de los recursos psicoterapeuticos más importantes para catalizar, amplificar y contener estos síntomas y transformarlos en experiencias conscientes, es la resonancia empática entre el inconsciente del paciente y el terapeuta, que será particularmente eficaz si ambos se hallan dispuestos a renunciar a sus papeles, a sus máscaras, y a todas las barreras que los separan, de forma que el encuentro terapéutico se vuelva un verdadero encuentro entre seres humanos.


Jung enfatizó está influencia recíproca entre terapeuta y paciente y comparó su relación con una simbiosis química.


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